Lo humano como ideal regulativo by Piñeres Sus Juan David

Lo humano como ideal regulativo by Piñeres Sus Juan David

autor:Piñeres Sus, Juan David [Piñeres Sus, Juan David]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9789585413115
editor: Universidad de Antioquia
publicado: 2011-01-01T00:00:00+00:00


2. El carácter pragmático de la antropología negativa ( antropocrítica ): la esfera del mundo

Si algo asume la antropología negativa de la antropología kantiana y, aceptémoslo, de la antropología moderna, es su concepción de que la formación del hombre se da fundamentalmente en el mundo ( Welt ). Ella está interesada en un análisis negativo de la formación, pero entiende que, como fuera imaginada en la época moderna, dicha formación se realiza fundamentalmente en el mundo. El sueño antropológico del proyecto moderno vincula a hombre y mundo tal vez de un modo novedoso en la historia de la humanidad. El vínculo que imaginó tal proyecto fue definido por la formación, ella fue el enlace entre mundo y hombre, por un lado, pero también tuvo a su cargo elevar al hombre a su estatuto de humano, por el otro. Formación entonces ejerció su fuerza contra cualquier expresión de la animalidad en el hombre. 33 Casi podemos decir que lo animal fue aquella imagen que, por doquier, ofuscó la imaginación antropológica moderna y que, por el horror que generó, la hizo emprender un proyecto de perfeccionamiento humano.

En este apartado quiero mostrar la relación entre antropología y formación (incluida la educación) y, al mismo tiempo, pretendo aducir que contra ambas se dirige la todavía pálida propuesta de una antropología negativa. Me doy cuenta, casi al instante, de que para expresar dicha relación debo adentrarme un poco en la emergencia de la imaginación antropológica, lo cual me lleva a proponer tentativamente su nacimiento, paralelo al nacimiento de la inquietud por el hombre historiado por Foucault. Claramente, al sueño antropológico de Kant, un sueño que pertenece a toda una época y que no nos ha abandonado desde el siglo XVIII, podemos entenderlo como la propia expresión de la continua actividad que lleva al hombre a imaginarse, y a concebirse como igual o distinto frente a sus congéneres. A pesar de todo el esfuerzo moderno-ilustrado por sistematizar la razón, y a pesar de su excesiva confianza en ella, el hombre no ha dejado de imaginarse, ni siquiera en los proyectos que se pretenden “posthumanos”. 34 No quisiera hacer un corte entre la época de Kant y la de nosotros, pero no porque no entienda la enorme diferencia entre nuestras sociedades y el volumen de historia, de ideas y de acontecimientos recorridos, sino porque, al no ser este un estudio historiográfico, quisiera mantener una línea de continuidad para la imaginación antropológica. Por supuesto, ella se expresa de formas distintas entre una época y otra, y entre un espacio social y otro. No obstante, imaginamos una línea de continuidad y, al mismo tiempo, tratamos nuestras fuentes como productos de la imaginación. Por ello, la manera de enfrentarnos a un Kant no es la de los filósofos, de quienes evidentemente aprendemos hasta donde nos es posible, sino que, glosando a Butler, partimos de preguntarnos si puede hablar el Otro de la filosofía. 35 Asumir las fuentes como productos de la imaginación, como formas de narración si es el caso,



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